Profecía de Isaías 53. Noticia
I. Anunció.
1. Anunció y reveló su salvación.
Dios lo anunció, lo notificó. El manifestó su salvación a Israel y
esta profecía de Isaías 53:1, comienza diciéndonos:
a.
¿Quién creyó a esta noticia?
El
profeta principia la profecía con una pregunta hecha por Dios. Toda la profecía
de Isaías 53 está en primera persona. Y su revelación es en primera persona. La
noticia dada, nos lleva también a un mensaje de desprecio hecho a los planes de
Dios. Fue despreciado nos dice la profecía, se está
refiriendo al desprecio de su pueblo Israel respecto a su pacto de redención.
Desde
su partida de Egipto, antes de entrar en la tierra prometida. Hubo una
murmuración constante del pueblo de Israel.
Todo este pueblo no creyó y desechó el plan de Dios con los Israelitas.
Diciendo: los llevo al desierto a pasar hambre, y no tenían agua, pensaban en
los privilegios que tenían en Egipto.
Muy
pronto olvidaron la esclavitud del cual los libró Dios en Egipto, de su clamor
y llanto por liberación. De las maravillas de ser guiado por un camino
desconocido para ellos, pero los libraría de la persecución de Faraón. Pronto
se olvidaron para empezar a protestar y a dudar del plan de Dios con su pueblo.
Así
como fue olvidado este hecho prodigioso en toda la historia del pueblo Israel.
También cuando vino el Mesías se olvidaron de sus promesas innumerables. ¿Quién
creyó al anuncio en el Impero Romano? cuando fue engrandecido Jafet. Moraba y
gobernaba en las tierras de Sem. Por no creer en el Señor tu Dios, no creyeron
cuando vino el Mesías.
Sem
son los habitantes de Jerusalén. Sem vino a estar gobernada por el imperio
romano. Sem habitaba en Canaán. Porque Dios le entregó a Sem a Canaán para que
habitará en ella. Porque Dios lo había prometido a Abraham. Pero Sem después de
haber sido poseedor de la tierra de Canaán. Se mescló con los habitantes que
quedaron en ella, según lo relata el libro de Josué.
En
este sentido cuando llega el cumplimiento del tiempo y nace el Mesías. Imperaba
Roma y gobernaba a Jerusalén. El pueblo de Dios, antes llamado Israel, dividido
en dos, luego volvió a unirse otra vez después de la época de los reyes. Y en esta época donde imperaba Roma, era
llamado pueblo judío. Habitaba en territorios conquistado por el imperio
romano. E imperaba Roma, que es Jafet. Y Sem, era los judíos, el pueblo de
Israel y habitaba en Cam que era Jerusalén. Y todo estaba siendo dominado por
Roma.
De
igual forma como en el desierto, no creyó lo que Dios iba a ser en el futuro.
No creyeron cuando vino el Mesías. ¡Como hubiese sido todo si le hubiesen
creído a Dios! Despreciaron el plan de Dios en el desierto cuando les mostraba
el Tabernáculo figura de lo que había de venir. Que era sombra de lo que es el
Mesías Príncipe.
Por
esta razón, Dios no les dejó ver la tierra prometida a los israelitas que no
creyeron. Y todos murieron en el desierto. Como testimonio a los que dudan de
sus planes. De lo que Dios tiene previsto y lo que ha prometido en su palabra.
Lo cumplió y cumplirá. Él lo dijo y él lo hará. Así lo advierte el apóstol,
¡quienes fueron los que no reposaron de sus obras y gozaron de lo prometido!,
los que dudaron. ¡Así sucederá a todos los que dudan de la salvación de su hijo
Jesucristo! Él nos invita a creer solamente. Cree solamente y será salvo.
Es
cosa difícil creer, pero no les parece que para El Señor Dios Todopoderoso
también fue difícil soportar a un pueblo por el desierto que no creía lo que
iba hacer El Gran Yo Soy de darles una tierra que ellos no sembraron y unas
casas que no construyeron. Y se las dio, poseyeron la tierra prometida.
Pero
al poseerlas ¿qué paso?, tampoco hicieron como les dijo, dejaron pueblos, y fue
su hayo, porque ellos mismos fueron su perdición y corrupción. Llegaron a ser
como Sodoma y Gomorra y su pecado mayor que el de ellos.
Luego
como iban a creer, si se iban tras los ídolos obra de sus manos, tras lo que
veían sus ojos. Porque les dio jueces, y siempre se desviaban de su camino,
nunca escucharon a sus profetas ni mucho menos a sus jueces, condenaban las
generaciones de sus profetas y de sus jueces, los criticaban y los mataban. Se
enojó otra vez con ellos, hasta que desecharon su gobierno a través de jueces.
Y
pidieron Reyes. Les dio reyes. Reyes que también desecharon y mataron, se
mesclaron con pueblos que no les mandó Dios a mezclarse, y entre ellos mismos
también se mesclaron. Y todos pueden criticar al linaje puro del pueblo de
Israel, el pueblo de Dios que no ha sido puro, porque no obedecieron.
b. La
revelación de su salvación a través de su brazo. Luego en este primer verso
de Isaías pregunta: ¿Y sobre quien se ha revelado el brazo de Jehová? Isa 53:1
b
Es su brazo quien revela a su
pueblo, al Mesías, al Salvador prometido. Existen innumerables pronunciaciones
hechas de la revelación de su brazo en toda la Escritura y que ellos habían
manejado este término siempre.
Desde
la bendición de Jacob dada a sus hijos, está presente esta revelación. Luego
cuando los saca del desierto. En la conquista con su brazo extendido que hizo
con Josué. De igual forma las innumerables batallas logradas con su brazo en la
época de los jueces y luego en los reyes. Estas maravillas ejecutadas fueron
motivo de cánticos de las poderosas virtudes con su brazo.
Dios
les reveló su brazo a los patriarcas, jueces, reyes y profetas. Al igual que a
su pueblo. Como lo reveló a Isaías ¿A quién se le ha manifestado su brazo? Su
brazo que fue revelado a su pueblo Israel de muchas formas y de muchas maneras.
2. Anunció sería
el renuevo. En Isa 53:2. Nos dice: Creció como
un retoño delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay apariencia en él,
ni hermosura como para que le miremos, ni atractivo como para deleitarnos en
él.
El
pueblo de Israel desechó el plan de Dios y mesclaron su raza. Y de esa raza o
linaje Dios le había prometido traería el Mesías de su simiente. Pero por los
innumerables desaciertos que tuvieron no conservaron puro su linaje. Estuvieron
en cautiverios y fueron también deportados hacia otras naciones. Y no
conservaron puro su descendencia.
Por
esta razón la profecía indica: creció como un retoño de una tierra seca, que no
tenía la apariencia hermosa de un retoño en arroyos de agua. Mesclaron su
linaje aún con gente extranjera. No podrían reconocer al cabo del tiempo en su
descendencia los rasgos característicos que poseían al principio de su salida
de Egipto, el linaje de Israel y en consecuencia la tribu de Judá.
Ciertamente continúo
Dios con su plan, y de su linaje todo mesclado, con sangre extranjera. Así
mesclaron el linaje real desde David hasta Jesús. Por eso también Isaías nos
dice: que El seria llamado el renuevo, el vástago, la raíz, el nazareno.
Ahora
pretender, como todos también pueden criticar, sacar una descendencia a el
salvador de Israel, ¿de qué descendencia?, de las que ellos hacen con el estado
sionista y todas las organizaciones fundadas por ellos. Sacaran al anticristo
de un linaje de muertos y de un linaje que mesclaron con todos los pueblos. Y
dirán que es puro del linaje de David. Y se lo creerán. Y no creyeron en Jesús
cuando él vino. Cuando estuvo con ellos.
Ahora
bien, ¿cumplió Dios su promesa? ¡La cumplió y le envió al salvador!, el
salvador que Dios había planificado, prometido a su pueblo, ¡no lo hizo el
pueblo de Israel!, fue Dios que estableció el plan, no ellos, es decir; el
pueblo judío. Ellos no establecieron un plan con David, ni su descendencia, fue
El Gran Yo Soy, que lo estableció. Dios estableció su Pacto con su Hijo.
Por
lo tanto, Ellos no tienen derecho de presentar ninguna genealogía del Estado
Sionista. Es la Genealogía verdadera la revelada en los Evangelios. Y esa es la
que tienen que respetar. La que está en el Evangelio de Mateo y la de Lucas.
Estas dos unidas fueron las reveladas en las Escrituras y estas conforman el
linaje del Mesías Príncipe.
3. Anunció Él fue despreciado. Como
profetizo Isa 53:3, indicando el desprecio de la simiente santa. Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
En
este aspecto claramente nos indica el profeta el desprecio al plan de Dios con
su Ungido. Desde el principio su pueblo Israel desprecia al Mesías. No
estimaron todo lo que él estaba haciendo. Su tabernáculo fue hecho y fue visto
por todos ellos, todo lo miraron, fue el modelo entregado de cómo funciona en
el cielo y como es el gobierno de Dios en la tierra y de su reino. Es un modelo
que ellos tuvieron, le fue mostrado por Dios, en el desierto, en el
Tabernáculo.
Despreciaron
el modelo del Tabernáculo de Dios con los hombres y la forma como juzgaba a su
pueblo a través de jueces. Les dio reyes, y también despreciaron su linaje,
matándolos a todos, así como mataron a los jueces. Les envió profetas y también
los mataron.
No
estimaron nada de lo que hizo Dios. Escondieron el rosto, de Él. Para vergüenza
de los hombres que escogió para que dé su simiente naciera su Mesías y para
gloria de Dios cumplió su promesa. ¡Quién iba a imaginarse que nacería el
Mesías! Y Dios cumpliera con su promesa dando nacimiento al Mesías. Nació, vino
estuvo entre ellos. De este linaje destruido. Para que en la actualidad
pretendan establecer una descendencia mesiánica.
El
sufrimiento que experimentó el Mesías desde los comienzos de su manifestación a
Israel, todo fue un experimento de quebranto por la humanidad, comparando al
quebranto de un Dios por su pueblo; el azote por los pecados comparado a todo
lo que sufrió mi brazo poderoso por venir. Su copa de su sufrimiento en el
Getsemaní. Fue la copa que venía cumpliéndose, vería a su pueblo negarlo una
vez más. Despreciarle una vez más. Menospreciarle una vez más.
Humanamente
es imposible explicar todo esto, solo Dios podría explicarlo. Pero porque se
han negado y han sumergido a una humanidad en ignorancia. Es el mismo motivo de
siempre de menospreciar el plan de Dios y establecer humanamente sus propios
planes. La descendencia de su propio Mesías.
Esta
descendencia fue fracturada desde el comienzo cuando los hijos de Judá la
menospreciaron y muchas veces en los Jueces. Y matando a todos los
descendientes de Gedeón. Igual en los Reyes. Primero matando a Abías. Luego a
los descendientes de Josafat, luego a Ocozías, luego a Josías, finalmente
Sedequías y Gedalias.
Luego
a causa del desprecio del gobierno de los reyes y su linaje, desobedeciendo
todo el pacto y las leyes de Dios. Llevaron a sus príncipes en cautiverio y
deportados haciéndolos eunucos servidores de los reyes de otras Naciones.
Por
su parte Dios inviste a otros reyes que gobernaran a su pueblo Israel, ya
llamado judíos en la época de la deportación. Y Dios le dice que el Rey de
Babilonia es su siervo y hará todo lo que él le pida. Y el cumplirá sus propósitos
los que no cumplieron sus reyes en Israel. Dice que el Rey Ciro es su ungido y
su pastor y cumplirá todo lo que yo quiero. Isa 44:28; 45:1
De
igual forma vemos a un Rey de Persia dominando a Babilonia; porque tampoco
Babilonia se alineo al plan de Dios. Babilonia fue donde sus siervos fueron
eunucos. Triste mente la genealogía esterilizada de su linaje real. Luego
levanta al Rey de Persia y domina el mundo entero. Y se estima una nueva
esperanza con la tribu de Benjamín, a través de Mardoqueo y Ester.
En
este sentido Dios construye imperios más poderosos, y subyugaron nuevamente a
Egipto, a quienes el pueblo de Dios Israel y Judá quería servir. Levantó a
Babilonia, luego los persas y los Medos y por último el Imperio Romano antes de
la venida del Ungido de Dios.
En
este sentido Dios actúa secretamente no le envió más profetas a su pueblo.
Profetas que les hablasen, hasta que vino el Mesías príncipe. Por eso se
observa este periodo de silencio, iniciado en Malaquías el último profeta de
revelación especial que menciona las Escrituras.
4. Anunció El llevó nuestras enfermedades. El lleva nuestras enfermedades. En el versículo 4, de Isa 53, nos
dice: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
El
pueblo estaba acostumbrado a librar sus batallas a través de héroes poderosos
utilizados por Dios para que estuvieran en paz. Pero nunca observaron y
conocieron al que verdaderamente los libraba, su brazo poderoso.
Por
esta razón creían que vendría un Mesías poderoso. Que los libertara de los
imperios y en esta época de su venida, reinaba el Imperio Romano. Pero ellos
¿Qué hicieron con la gloria del reino de David? y cuando Dios engrandeció a
Salomón, con respecto a todos los pueblos. Dándole no solo sabiduría e
inteligencia para gobernar a su pueblo, sino riquezas y glorias.
Pero
¿qué hicieron ellos con toda esta gloria? En el reinado de Salomón y posterior
a este. Destruyeron al reino, a sus príncipes. Destruyeron los altares de
adoración a Dios y el templo que hizo el Rey Salomón para la adoración y se lo
entregaron a los dioses paganos.
Por
su parte Dios los entregó al lloro y lamento, como estierco era su estado,
desprovisto de alimentos, y enfermo encontró su Hijo en su venida a su pueblo.
A un pueblo que le había dado Dios toda gloria.
Por
esta importante razón esta profecía de Isaías 53, le indica a este pueblo de
Dios, que El llevo las enfermedades que le produjo su pecado, por el abandono
de las leyes, de los mandamientos y de los preceptos. Como consecuencia de sus
actos, y del abandono del pacto que había hecho con sus padres. Como está
escrito en la ley y en el libro de Deuteronomio. Dt 29:22-25
En
muchas oportunidades Dios le envió profetas que los exhortaran y traerlos a
reflexión. Más ellos replicaron y prefirieron adorar a dioses paganos y
brindarles a estos la gratitud que no le otorgaron a Dios Eterno.
Antes
bien se rebelaron contra Dios y siguieron sirviendo a sus ídolos, despreciando
su pacto y las bendiciones que traería Dios con su cumplimiento.
¿Y
qué le dieron sus dioses? menospreciaron al pacto de Dios, por esta causa ellos
sometieron a sus descendientes al más terrible lamento. E hicieron contra ellos
todo este mal y daño. Sus dioses paganos que ellos decían que les daba todo y
estaban contentos ¿Que le dieron? Heridas, enfermedades, muerte, apartarlos del
plan de Dios, oscuridad, y miedo a ellos, antes que; temer a Dios.
En este estado, encontró el Hijo de Dios a un
pueblo enfermo, y él tuvo que seguir sufriendo sus dolores. Luego con todo esto
lo azotaron, lo hirieron y lo abatieron. Despreciado y calumniado. De la misma
manera sintieron ustedes como pueblo de Dios y pensaban ustedes que Dios le
daba ese padecimiento. Cuando fueron traídos en cautiverio con Babilonia, luego
pasaron al gobierno del Imperio Persa, porque no entendían, no comprendían el
plan de salvación. Así mismo Jesús paso todos estos padecimientos, sufrimientos
y penalidades.
5. Anunció Él fue herido por las rebeliones
de su pueblo. Vuelve a explicar la profecía de Isaías y les dice cuál es la
causa de la herida. Y continúa diciéndoles en Isa 53:5. Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Este
mismo sufrimiento tuvo que padecer Jesucristo por todo su pueblo, el mismo
dolor que paso el pueblo de Israel y Judá por no entender a su Dios que los sacó
con su brazo poderoso de Egipto. Herido
fue por las rebeliones de Israel.
Por
sus pecados fue destruido su carne con azotes, y todo el castigo de la paz que
no tenían con Dios. Porque Dios se había airado contra su pueblo. Y toda esta
ira fue sobre Jesucristo. Y todo lo que no sanaba la llaga enferma por no
obedecerle, lo sana Jesús en su cuerpo. Todo el dolor sufrido por su pueblo en
todos estos años lo llevo Jesucristo. Y él nos curó el cuerpo, el alma y el
corazón. Jesús curo el cuerpo enfermo por causa de la desobediencia. Al
librarnos de la muerte eterna.
Ahora
podemos entender todo su sufrimiento. No era un Mesías sufrido el que
esperaban, sino el Mesías glorioso. El que trajera paz y felicidad. ¡Qué paz y
felicidad! si el pecado del pueblo era una llaga podrida. ¡Oh Pueblo de Israel!
¡Si hubieses querido que la gloria de Dios se manifieste en ustedes! en ningún
momento hubieses desechado su pacto. Pero lo hicieron ¡Y fuiste un desecho de
la gloria del Dios Altísimo! La humanidad meneo su cabeza. ¡Era ese el
propósito de Dios que sufrieran!, ¡o que sufriera El Hijo!, ¡eso fue lo que tu
excogites pueblo de Israel!
El
propósito de Dios no era el sufrimiento, fue el que escogió el pueblo por
desechar su pacto. Por eso desecharon a Dios. Por eso los desecho a todos ellos.
¡Y solo es su pueblo! todo aquel que cree en su Hijo. De igual manera con su
publicidad ¡del pueblo escogido! han menospreciado al pueblo que cree en
Jesucristo ¡que si creen en su pacto! ¡Creen en Dios y también en El Hijo! Mas
todos los que no creen tienen como indigno a los que creen y los matan por
creer en Jesucristo.
6. Reveló Él
cargó con el pecado de todos nosotros. Isaías sigue diciendo en su
profecía Isa 53: 6. Qué Él cargó con el pecado y explica la causa: Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Nosotros
se refiere al pueblo de Israel, ellos se apartaron del camino antes y después
del Mesías. Tomaron otros caminos, más no el camino a la vida eterna, no el
camino del Hijo. Pues lo despreciaron. Y Jehová cargo en Jesús el pecado de
todos ellos y de nosotros, pues cumplió con sus planes, aunque lo desecharon,
desviaron y lo atropellaron. Fue fiel a sus planes y propósitos.
7. Reveló Él es humilde. La profecía de
Isa 53:7, nos revela lo que ya se venía diciendo en Isa 52:6. Él fue humilde a
pesar de ser Dios, no se aferró a esto.
El
mismo profeta Isaías en Isa 53:7 nos dice: Angustiado
él, y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero. Como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
En
esta razón ¿Qué hablar? ante un pueblo totalmente de espalda a él, sin
entendimiento. Y manejados por ciegos, y guías de ciegos. Como oveja que va
mansa cuando la van a trasquilar o a cortar su pelaje, para ser degollada en el
matadero, para ser entregada por el pecado y ser sacrificada. A igual forma que
iba el corderito, así fue El Hijo de Dios al sacrificio.
Las
ovejas se habían utilizado para el sacrificio por el pecado, era sombra del
Mesías, del cordero pascual, del cumplimiento de la ley de expiación por el
pecado. Así resultó ser Jesucristo. La oveja que los trasquiladores llevaban,
no decía nada, ni abrió su boca, cual oveja al matadero. La posición de
Jesucristo frente a sus adversarios, frente al pecado, fue sumisión total.
Indefenso totalmente.
8. Reveló Él paso
por juicio. Fue a la cárcel como lo dice la
profecía de Isaías 53:8. Sigue diciendo nuevamente proféticamente que por causa
de la rebelión de su pueblo fue herido, como lo menciona Isa 53:8. Por cárcel y
por juicio fue quitado. Y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado
de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Así
como fueron puestos sus príncipes, nadie conto la generación de Daniel y sus
compañeros príncipes. Así mismo fue la historia de Jesucristo. Fue por juicio y
por cálceles como sus príncipes en Babilonia. En persa, con el rey Ciro. En la
historia de Mardoqueo y Ester con el rey Asuero.
9. Anunció Él fue inocente de lo que le
acusaban. Isaías nos continúa diciendo que fue inocente de todo lo que le
acusaban, porque no hubo engaño ni maldad en Él, cómo nos lo indica Isa 53:9: Y se dispuso con los impíos su
sepultura. Más con los ricos fue en su muerte. Aunque nunca hizo maldad, ni
hubo engaño en su boca.
Tal
como se ha venido mencionando sobre la profecía de Isaías 53 el pueblo de
Israel desechó el plan de Dios de salvación. Desecho su Diestra, su Hijo. El
Hijo de Dios, ocupo el lugar de malhechores y de impíos, por la rebelión de su
pueblo. Igual lo hubiesen matado con honores de rico, si el poderío del Rey
David hubiese llegado hasta sus tiempos. Porque igual mataron a sus príncipes y
reyes en la ciudad gloriosa de Jerusalén.
De
Igual manera hubiesen hecho Juicio contra Jesús y le hubiesen tratado como un
malhechor, pues desecharon sus palabras. ¡Todo hubiese sido igual con el
poderío de su Reino de Israel, que sin él! Jesús era inocente de los juicios,
igual a mucho pueblo que fueron al exilio, por la culpabilidad de todos. Y el
remanente será salvo fue la promesa.
Por
otra parte, se dispuso con los ricos su sepultura. Ya que así había sido
sepultado todos los príncipes en Israel. Patriarcas, Jueces y Reyes fueron
sepultados con honores. Cuanto más el rey de reyes y Señor de señores, que vino
a dar su vida en rescate por todos. Era el fin de la venida del príncipe de
Israel a este mundo como siervo. El glorioso Rey de los Judíos. De su pueblo
Israel.
10. Reveló El Mesías padeció y lo
condenaron a muerte. Así como continúa diciendo Isa 53: 10. Con todo eso,
Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su
vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la
voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Con
todo que era inocente. Dios lo sometió a padecimiento. Se cumple el plan de
Dios con su Hijo Jesucristo. Con todo esto, se refiere que a pesar de
Jesucristo ser inocente, el plan de Dios tenía que cumplirse en él. Dios lo
había trazado y lo cumplió.
Este
plan ya lo había anunciado al primer hombre Adán que a través de la simiente de
la mujer habría enemistad. Que saldría herido en el calcañal y el otro en la
cabeza. Tal como le paso a Jesucristo, que su descendencia en la simiente, es
decir: los judíos, alzo contra su Hijo la simiente Santa, el calcañal,
entregándolo a muerte, siendo inocente.
En
este sentido un pueblo salió y se dividió en dos, luego se volvieron enemigos.
Enemigos de la Cruz y el sufrimiento del Ungido. La cabeza pensante y sabia de
un pueblo instruido en la ley y otro pueblo que instruía la ley.
Por
consiguiente, la ley se le volvió contraria y tropezaron en la piedra que
rechazaron los edificadores, ¿quiénes edificaban? los que construían un plan
diferente al de Dios creador. ¿Quiénes? los adversarios de Dios, que hacían
planes sin Dios. Que construían y construyen una salvación para el hombre, sin
Dios. ¿A Quiénes hirió Dios en la cabeza? a ellos, y todavía siguen buscando al
Mesías, al salvador del mundo.
En
este orden de ideas a los que son hijos de vuestro Padre el Diablo, como dijo
Jesús. Terminaron hiriendo al Mesías y él les hirió en la cabeza porque triunfó
sobre ellos y sus planes fracasaron. Un pueblo que escogió Dios para que fuese
su pueblo, obedeció más al diablo que a él, pues Dios se le volvió también
contrario. Y Jesús la piedra que ellos desecharon, vino a ser y es la cabeza
del Ángulo, de todo el edificio de Dios.
Jesús
vino a ser el cordero, la oveja trasquilada, la ofrenda para la expiación por
el pecado. Cuando lo sometieron a cancel y lo juzgaron por hacerse pasar como
Hijo de Dios, estaban también sentenciando su condenación, igual estaban
preparando la ofrenda única por el pecado de ellos y del mundo. Ellos estaban
preparando la expiación por el pecado. Un sacrificio humano.
El
Ungido de Dios. Su Hijo amado en quien tiene complacencia ¡vio linaje! como fue
anunciado por el profeta Isaías. ¡Porque muchos creyeron y siguen creyendo en
él! La Simiente Santa vio el linaje prometido a todas las descendencias
elegidas por Dios, para su Hijo. Porque de su simiente serian y son benditos
todas las familias, y naciones de la tierra.
Cuando
Jesús cumplió la voluntad de Dios, cuando Dios reposo de toda su obra en
Cristo, fue prosperado todo lo que él hizo. Los apóstoles comenzaron anunciar
el evangelio. Su nombre comenzó a ser conocido por el mundo entero. Hasta que
su fama es conocida en el mundo.
11. Reveló, el
Ungido de Dios, realizó la expiación.
La
redención implica justificar, santificar, el nombre de Dios profanado entre su pueblo
y redimir a Israel. Y al mundo que en Él cree. De esta forma explica la
profecía Isa 53:11. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará
satisfecho. Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará
las iniquidades de ellos.
El
fruto de la aflicción de su alma es su expiación por el pecado. Salvó a la
humanidad de la condenación eterna. Libertó al hombre de la esclavitud del
pecado. Y nos dio una nueva naturaleza. La Divina. Esto no lo podría hacer
ningún hombre. Solo el Hijo de Dios Eterno.
Esto
es el conocimiento de su palabra, que desconocía su pueblo, y se negó a
conocerla. Por un lado, los levitas encargados de enseñar no instruyeron a los
hombres de su pueblo. Por otra parte, los maestros al instruir torcían el derecho
de la palabra y exponían otras ordenanzas que Dios no envió a decir, tal es el
caso de las tradiciones de los ancianos.
Sumergiendo
al pueblo en completa ignorancia. Jesús por su conocimiento Justificó al que no
conocía nada de él. A todo un pueblo que creyó. Y a todo el que quiera creer en
Él. ¿Quién tenía conocimiento de él, de los gentiles? nadie. Pero él lo
justificó por su conocimiento a todos.
El
conocimiento que tenía Jesús del plan de Dios Eterno. No lo tenía nunca su
pueblo, porque lo desecharon. Pero Jesús su siervo, si tenía el conocimiento de
la justificación a través del único camino, la verdad y la vida, siendo él. El
los justificó, llevo sus iniquidades. Él nos justificó. Su conocimiento nos
Justificó. No el plan de los hombres. La instrucción de la ley no justifica.
Solo Jesús nos Justificó.
12. Reveló Él resucitó al tercer día.
Así
culmina Isaías esta profecía, dando un alentador resultado de todo lo que antes
venía mencionando. Ahora nos dice Isa 53:12: Por tanto, yo le daré parte con
los grandes. Con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida
hasta la muerte, y fue contado con los pecadores. Habiendo él llevado el
pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Jesús
cuando estaba a punto de morir le dice al Padre: Señor no le tomes en cuenta
sus pecados, porque no saben lo que hacen. No sabían lo que hacían cuando
mataron al Hijo de Dios. No sabían que mataban al autor de la vida, y que su
muerte traería vida ¿Por qué? como también había dicho a sus profetas, en tres
días le daría vida. Él tenía el poder para quitar y poner su vida en rescate
por todos.
Dios
le dio parte con los grandes. Fue glorificado con su misma gloria en el cielo,
sentado a la diestra del Padre. Y en la tierra ¿Quién es más grande que Jesús?
Esta igualado en la historia con los grandes. Él es el más grande de todos. En
todas las generaciones ha sido comparado y puesto con los grandes. Con los
fuertes repartirá despojos. Ningún Israelita, judío o cualquier persona puede
dudar nunca que Jesús es el mejor y único hombre, porque nadie es como Él, en
la historia de la humanidad.
El
Reino de Dios, llamado día del Señor será cuando el repartirá su reino como él
quiere. Con él se sentarán a reinar patriarcas, reyes, los apóstoles y todos a
cuanto el escoja. ¡Quien ha hecho una
obra más grande de la que hizo Jesús, de dar su vida por la humanidad! de
entregar su vida hasta su muerte, siendo contado como un pecador. Y luego
resucitar de los muertos, levantarse como nunca jamás había hecho nadie. El
plan excelso de Dios cumplido en Jesucristo.
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