Capitulo XIII
XIII. Redención.
La Escritura llama redención a la
restauración de la humanidad a su estado original. Y devolver al hombre al
paraíso de donde fue echado por causa de pecado. Sal 111:9. Jesús ejecuto la redención. Él es
el Redentor. Luc 2:38. La redención la hizo Jesús por su obra Vicaria,
justifica gratuitamente por su gracia. Rom 3:24. En quien tenemos redención por
su sangre, el perdón de pecado según las riquezas de su gracia. Efe 1:7. Y por
Jesús, en la sabiduría de Dios, estamos justificados, santificados y redimidos.
1 Cor 1:30
Las Escrituras nos dicen que cuando
Jesús entregó el Espíritu, se rasgó el velo del templo, tembló la tierra y
muchos sepulcros se abrieron. Salieron muchos cuerpos de santos que habían
dormido, se levantaron y aparecieron a muchos. Y en esto se cumple la profecía
de Ezequiel 37. Mat 27:50-53. Mas sin embargo todavía no se ha ejecutado la
obra completa de redención pues todavía no ha sucedido la resurrección de los
muertos en Cristo. Que sucederá en cualquier momento según las escrituras.
A. Restauración de la Imagen de Dios en el hombre.
A través de Jesús Dios nos perdona
las ofensas hechas a Dios Padre. ¿Porque tendría Dios que perdonar al hombre?
Dios tiene que perdonar al hombre porque nos hizo a su imagen y a su semejanza
Y la falta de obediencia de su creación al creador a destruido o profanado la
imagen de Dios en el hombre.
A Dios perdonar al hombre, significa
restaurar su Imagen en el hombre. La imagen perdida a causa de las ofensas hechas a su
imagen. Nuestra imagen que es la de Dios, fue afectada y Dios la restaura en
Jesús. No te harás imagen de
ninguna cosa ordenó Dios. Aun ni de el mismo. Éxodo 20:3-5, 23. Pero cuales son las causas que originan el
hecho de dañar la imagen. De
Dios en nuestras vidas: Todos
nos sentimos ofendidos, heridos por palabras, acciones y hechos.
A través de la vida por padres, madres,
hermanos, hijos, familiares, amigos, conocidos o desconocidos.
Por razones de nuestro sano
juicio. Nos ofenden precisamente en la
parte que más nos duele. En el momento donde hay más debilidad económica,
social, política, cultural. Y hasta religiosa.
Cuando hay más vulnerabilidad en nuestras vidas. Y donde hay más
fortaleza, prudencia, entereza y confianza en uno mismo. Sentimos las ofensas
de palabras, hechos y acciones ante nosotros. Como si no lo merecemos. Y que no somos así como la persona nos
cataloga. La ofensa es por algo que creemos no es así, y que no es lo que
somos.
Ante los ojos de nosotros mismo y de
los demás nuestra imagen se afecta. Así es afectada la imagen de Dios cuando
Idolatramos e hacemos ídolos de su imagen. Los antiguos padres como lo hemos
visto profanaron su imagen, haciendo cosas no actas del ser humano hecho a la
imagen de Dios. Tal es el caso de hacer imágenes dentro del propio templo que
había hecho el Rey Salomón para adorar a Dios vivo. Actualmente vemos también
dentro del mismo templo que se adora a Dios imágenes muchas veces espantosas.
En
consecuencia: Las palabras, hechos y acciones ofensivas van y vienen en nuestra
mente constantemente. Y hacemos un juicio de ellos, hasta llegar a reaccionar.
La reacción es no perdonar lo que nos hacen. Constantemente la imagen que
tenemos de nosotros mismos y que tienen de nosotros los demás, se ve ofendidas
con palabras, hechos o acciones.
¿Cómo se sentiría Dios cuando su imagen
fue afectada? Si leemos las historias de los reyes y lo que Escribieron los
Profetas. Tendremos una idea más clara, cómo profanaron el nombre de Dios los
antiguos padres. Es por eso que se hizo necesario que Dios restaurara esta
imagen. Dios le dio el dominio al hombre sobre la tierra, y él se lo entregó a
otro. Cristo restauro la imagen de Dios al entregarnos el poder para
perdonar. Nosotros tenemos el poder de
perdonar. Las ofensas no pueden dominarnos. Trayendo sobre nosotros amarguras,
resentimientos, odios y desamor.
Dominemos por el perdón, restaurando la imagen de Dios en nosotros. Ju
1:1
El primer hombre Adán, destruyó por
la desobediencia la imagen de Dios. Dios había establecido al pueblo de Israel
mediante la obediencia a la Ley, restaurar su linaje, que estaba en
desobediencia y moría. Pero no fue así, se mesclaron con otros pueblos. Y se
volvieron peores que Sodoma y Gomorra. Solo vemos a Nohemí restaurando con Rut
a la descendencia del Mesías. Pero Jesús vino y restauro la imagen de Dios
obedeciendo a Dios en todo. Y por ende la imagen de Dios en el hombre.
En este sentido es lo que llama la
Escritura Redención. Jesús es el Redentor. El la redención como ya hemos
mencionado somos justificados gratuitamente por su gracia. En quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecado según las riquezas de su gracia.
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